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Astenia: síntomas y remedios naturales

Astenia: síntomas y remedios naturales

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¿Qué es la astenia?

Definida por el diccionario médico como un síntoma que se caracteriza por una sensación generalizada de cansancio, fatiga, debilidad física y mental, la astenia tiene como principal consecuencia la aparición de distintos síntomas que impiden a una persona realizar tareas que suele llevar a cabo con facilidad en condiciones normales.

Lejos de ser una minoría los afectados por la astenia, esta, según los últimos informes médicos al respecto, afecta a alrededor de la mitad de la población durante algún momento de su vida, lo que habla bien a las claras de la importancia de conocer mejor qué es, cómo se presenta, cuáles son sus causas, sus consecuencias y cómo combatirla.

Con la llegada de la primavera, muchos de los síntomas de la astenia se acentúan, de esta manera muchos de los diagnosticados con esta patología sufren un continuo estado de fatiga, tanto a nivel físico como a nivel mental, que vulgarmente calificamos como una sensación de menor vitalidad, y que a menudo produce también cambios en la personalidad.

Cuando la aparición de la astenia se presenta como dolor físico, cuando el afectado realice un esfuerzo muscular, este sufrirá un mayor dolor en sus músculos pudiendo presentarse también síntomas de temblores, espasmos o calambres al realizar esfuerzos físicos.

Esa incomodidad física ha sido comparada por muchos especialistas como similar a la que experimentamos cuando sufrimos una gripe, siendo la fiebre otra de las consecuencias de padecer astenia.

Cuando esta se presenta como una fatiga mental, algunos de los síntomas que presenta son el déficit de atención, el aumento del hambre, una mayor intolerancia a los impactos de nuestro entorno tales como los ruidos o el exceso de luz que se traducen en zumbidos o mareos.

Además, otros síntomas de la astenia son los propios de la depresión, como la falta de interés o iniciativa o la soledad.

En el capítulo de alternaciones mentales la personalidad sufre también a menudo trastornos como un aumento de la sensibilidad o mayor inestabilidad emocional, cuando no alteraciones del sueño.

En cuanto a las causas, estas son tan variadas como distintas, siendo el aumento de la edad, el periodo de gestación, la falta de ejercicio físico, la ansiedad o la presencia de otras enfermedades que, como consecuencia al tratamiento médico a través de medicamentos, desencadenan la astenia en los pacientes.

Cabe recordar que, ante cualquier síntoma de los mencionados anteriormente es importante acudir a un médico para que este nos realice un diagnóstico completo de qué es lo que puede estar pasándonos.

Y es que la aparición de debilidad muscular o la fatiga, ya sea física o mental, son síntomas pero en ningún caso enfermedades, por lo que si bien pueden ser asociados a la astenia, también pueden ser síntomas de cualquier otro tipo de problemas relacionados con la salud.

Es también importante saber diferenciar la astenia de la miastenia, ya que esta última está relacionada estrictamente con la debilidad muscular. Esta debilidad, como sucede con la astenia, puede producirse como síntoma de otras enfermedades relacionadas casi todas ellas con los músculos.

En cuanto al tratamiento, pues, como ha quedado claro a través de esta publicación, este variará en función de la causa originadora de la astenia en concreto que nos esté afectando, siendo el objetivo del mismo el de restablecer los parámetros normales tanto de fuerza muscular como de fatiga a nivel físico y psíquico.

En el caso de que la astenia que se padezca sea a consecuencia de una infección, esta se podrá revertir con la ingesta de antibióticos que variarán en función de la causa de esa infección. En el caso de la astenia general, cuyas causas no dependen únicamente de trastornos inmunológicos, el tratamiento dependerá de la enfermedad que subyace tras la astenia que se padece.

En cualquier caso, cada vez son más los remedios que la industria farmacéutica va aprobando para su puesta a la venta y que ayudan a combatir tanto la aparición como los sintomas propios de este trastorno tan presente y habitual entre la población.

Una de las recomendaciones médicas más habituales para combatir la aparición de la astenia radican en implementación de rutinas tales como llevar una dieta equilibrada y la introducción de la actividad física moderada de forma regular.

Una opción, esta de acudir a los suplementos y medicamentos específicos relacionados con la astenia que recomendamos desde aquí y que nos ayudarán a evitar el malestar y a curar algunos de las molestas consecuencias que se derivan de la aparición de la astenia.

Así pues, la presencia de hidratos y de vitaminas y fibra procedente de las frutas y las verduras nos ayudarán a preparar a nuestro sistema inmulógico para cualquier trastorno. Lo mismo sucederá con la realización de distintos ejercicios de actividad física moderada como puedan ser un paseo diario de alrededor de 20 minutos.

Todo ello maridado con una mayor presencia en la ingesta de agua de la habitual, y de una reducción considerable de los malos hábitos, tales como el tabaco o el alcohol, cuya presencia en nuestro organismo puede propiciar la aparición de la astenia o retrasar su desaparición total.

Como ven, la astenia no es sólo un trastorno que se produce en primavera o que afecta a un pequeño sector de la población. Es por eso que todos debemos estar prevenidos y listos para combatirla. Toda prevención es pequeña si queremos evitar que nos afecten algunos de los síntomas propios de la astenia que dificulten nuestros actos cotidianos del día a día.