Enfermedades

Faringitis: síntomas y tratamiento

Faringitis: síntomas y tratamiento

Tratamiento remedio natural Youngvital

Refuerza el sistema inmune. Tomándolo durante el proceso infeccioso provocado por el virus, reduce el tiempo de recuperación. Tomándolo usualmente reduce/evita/protege contra los procesos gripales, Faringitis y Faringolaringitis.

¿Qué es la faringitis? síntomas y tratamiento

La faringitis, definida por el diccionario médico como inflamación de la faringe, puede aparecer por distintos motivos. Qué es esta enfermedad, cuáles son las causas, los síntomas, su diagnóstico, el tratamiento, cuáles son los remedios más comunes y cómo prevenirla son algunas de las cosas que vamos a tratar de descifrar en este artículo.

Lo primero que debemos conocer, antes de entrar en materia, es qué es la faringe y dónde se encuentra. Esta no es otra cosa que esa porción ensanchada del tubo digestivo que se encuentra a continuación de la boca de paredes musculosas y que comunica con las fosas nasales, la trompa de Eustaquio, la laringe y el esófago.

Esta inflamación, una de las más comunes que afectan a la zona de la garganta, el oído y las vías aerodigestivas superiores, suele estar causada por una infección bacteriana o vírica y puede resultar en una faringitis aguda difusa (faringitis hipertrófica) y en una faringitis crónica difusa (faringitis trófica).

En el caso de la primera, se trata de la inflamación de la mucosa faríngea, desde la epifaringe hasta la hipofaringe. En el caso de la segunda, de la que hace acto de presencia en enfermos con molestias faríngeas recurrentes producidas por el uso y/o abuso de tóxicos./

En cuanto a cómo podemos detectar que estamos padeciendo esta inflamación de la faringe, cabe destacar que los principales síntomas que ambos tipos presentan en los primeros pasos son el dolor o sensación de picor en la zona alta de la garganta, las molestias a la hora de tragar o hablar, la sequedad de la garganta, la aparición de voz ronca o el dolor de las glándulas situadas en el cuello o en la mandíbula. Además, en los bebés, puede presentarse también a través del rechazo a la alimentación.

Este tipo de síntomas suelen tener, además, una serie de repercusiones agregadas como son la fiebre, la tos, escalofríos, moqueo, estornudos, sensación de malestar, dolor de cabeza y en estados avanzados náuseas.

Si en su caso, además de los descrito anteriormente, presenta fiebre por encima de 38 ,se aprecia sangre en la saliva, aparece una ronquera que se prolonga más de diez días, irrumpe un bulto en el cuello o tiene problemas para tragar, debe visitar a una médico para frenar la enfermedad lo antes posible.

En el caso de los más pequeños, estos presentan problemas tales como los que afectan a la respiración, la ingesta de comida o el babeo inusual, también deben visitar a un especialista médico.

Sobre las causas, estas suelen estar relacionadas con los mismos virus que están presentes en los resfriados o las gripes, pudiendo también aparece a través de una infección bacteriana. La mononucleosis, el sarampión o la varicela también pueden presentar cuadros de faringitis. Por último, las alergias y otras enfermedades graves también pueden desembocar en esta enfermedad.

Para realizar el diagnóstico, los médicos es hacen servir una pequeña linterna para mirar a través de la boca y comprobar el estado de la faringe, además de tocar la zona alta del cuello y auscultar al paciente a través de un estetoscopio.

En cuanto al tratamiento, los médicos suelen recetar antibióticos para su consumo durante un período de unos diez días, momento en el que la faringitis debería haber empezado ya a remitir.

Es muy importante completar el ciclo de consumo de antibióticos que le haya sido recetado y no abandonar las pastillas cuando el paciente empiece a encontrarse mejor, o incluso sienta que esta ha desaparecido por completo, dado que la probabilidad de que esta se reproduzca de nuevo es bastante alta.

En lo que hace referencia a cómo se puede evitar la inflamación de la faringe, existen una serie de recomendaciones que, en el caso de seguirlas, puede ayudar a prevenir su aparición.

La primera de ellas tiene que ver con el descanso. Dormir durante ocho horas y descansar la voz después de esfuerzos en este campo sería una de ellas.

También lo es el consumo de agua a lo largo del día provocando que no desaparezca nunca la humedad de nuestra garganta. Además de prevenir la deshidratación, también evitaremos que aparezca una infección bacteriana.

Una vez esta ha hecho acto de presencia, además de beber mucho, aumentando nuestro consumo de líquidos, alternando calientes y fríos para aliviar los dolores, también podemos probar con el uso de plantas medicinales como la salvia, el malavisco o la tormentilla, que infusionadas calman los dolores de garganta que aparecen como consecuencia de la enfermedad.

Además, hacer gárgaras con agua salada, que conseguiremos agregando una cucharilla de sal a un vaso de agua tibia también ayudará a remitir el dolor de la faringitis.

Si tiene la posibilidad de hacerlo, una acción que ayuda a prevenir la aparición de la inflación en la faringe es la de humedecer el aire. Para ello existen distintos aparatos humidificadores que eliminan el aire seco que irrita aún más nuestra garganta. La alternativa más casera pasaría por introducir baños de vapor que ayuden a humedecer nuestra garganta.

Huelga decir la importancia, tal y como hemos venido indicando anteriormente, del consumo de las pastillas indicadas por su médico, que suelen digerirse cada ocho horas y que no daremos bajo ningún concepto a los menores de cuatro años.

Si además es capaz de evitar que haya humo de tabaco a su alrededor o hacer uso de productos de limpieza que contengan sustancias fuertes también ayudarán a evitar que esta aparezca y, en el caso de que ya esté entre nosotros, nos afecte en nuestras labores cotidianas del día a día.

Igual que sucede con el tabaco, el consumo de alcohol también tiene un efecto perjudicial sobre nuestra faringe que, en el caso de estar inflamada, acusará su consumo agravando nuestro estado de enfermedad.

En cualquier caso, y más allá de la información de servicio que hemos tratado de ofrecerles en este artículo dedicado a la faringitis, es necesario que ante la presencia de alguno de los síntomas descritos acuda a su centro médico más cercano para ser examinado y tratado por un profesional de la medicina.